Día 19-Predicando en La Quebrada

Nuestro vecindario aquí se llama La Quebrada, lo que se refiere a un arroyo, más o menos. Nos reunimos a las 8:30 a.m. y predicamos hasta la 1:00 p.m. Leah  y yo predicamos con una hermana que se llama Diana. Disfrutamos mucho del día. Leah tuvo una buena conversación con una señorita de 19 años (aunque parecía tener 13). Escuchó muy atentamente y contestó bien las preguntas. Conversamos con ella 30 minutos y, puesto que ya tiene el libro Enseña (es revisita de Verónica), se pusieron de acuerdo de estudiar capitulo 1 este viernes.  Regresamos con hambre y nuestros anfitriones habían preparado una ensalada de tomates, atún, cilantro, cebolla y limón acompañada de arroz y plántanos maduros.  Que semana tan emocionante. Viernes Leah comió cuero y hoy comió tomates crudos. ¡Nunca ha comido tomates crudos! Y siendo italiana, ¡que vergüenza! Pero, está  acostumbrándose a muchas cosas y yo, también.

Nos descansamos un rato y salimos otra vez a las 4:00 p.m. para visitar a una señora.  Nos contó que ella y su esposo estudiaba la Biblia con una hermana de los estados unidos hace un año y disfrutaron mucho de asistir las reuniones pero, debido a la presión  y las burlas de los vecinos, dejaron de estudiar. Vamos a estudiar con ella (y tal vez el) y ver si podemos ayudar. Tiene una buena actitud, muy humilde. Y como el trabajador merece su salario, nos regaló una papaya y 2 naranjas. El territorio aquí es fructífero pero no todo el mundo escucha. Hoy encontramos apatía pero, eso es el ministerio, ¿verdad? También, conocí a un muchacho que se llama Jaime el otro día cuando fui con Shawn Sisson a un estudio. Estaba visitando pero tenía mucha curiosidad. Desde aquel día lo hemos visto 3 veces y nos sigue mientras predicamos, platicando con nosotros. Hoy, nos sentamos a un banco y le leí el relato de la resurrección de Lázaro en Juan 11. Nos pidió visitarle en casa, entonces, lo haremos este viernes a las 2:00 p.m.

Llovió bastante hoy…y nos quemamos de todos modos. ¿Cómo es posible? Bueno, es mejor que limpiar nieve de la carretera.  

Mientras conversábamos con Herlinda (la señora del segundo párrafo), un señor vino en su carro deportivo para hacer compras…